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📌 Reflexión Social: Ser Humilde También Es Ser Grande

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📌 Reflexión Social: Ser Humilde También Es Ser Grande

Yo crecí en una familia humilde.

Y eso no es una vergüenza, es una medalla de valentía que se gana todos los días.

Acá no importa si el pan está duro o si el asiento es un tachito.

Acá la alegría se sirve en tazas de té compartidas,

y la unión es el techo más fuerte que existe.

A veces falta la plata,

a veces el hambre nos golpea la puerta…

y aun así, mi familia elige que los más chiquitos rían,

que la felicidad no se vea afectada por la escasez.

Ser humilde no es no tener plata.

Ser humilde es tener valores que no se compran:

el respeto, la gratitud, la empatía, y la verdad aunque duela.

He visto a mi mamá amasar, cocinar y trabajar sin descanso en casa,

salir con nosotros a vender lo que con esfuerzo hace…

y aun así sonreír,

porque su lucha es por nosotros.

Eso me marcó.

Me hizo decir: “Yo no quiero que ella viva así toda la vida.”

Y por eso estudio, me esfuerzo,

por eso sueño en grande aunque tengamos poco.

Sí… duele ver a otros con zapatillas nuevas

cuando vos te calzás lo que hay.

Pero más duele el prejuicio:

que crean que por ser humilde

somos ignorantes, ladrones o “menos”.

No saben que cuando tenés poco,

aprendés a valorar lo que realmente importa:

los momentos, la risa, la familia unida.

Mi realidad me enseñó que:

  • Poco puede ser muchísimo.
  • La verdad pesa más que el oro.
  • La humildad te lleva más lejos que el orgullo.

Yo no cambiaría mi historia.

Porque gracias a ella soy quien soy.

Y todo lo que pasamos me recuerda algo importante:

nunca robamos, nunca traicionamos nuestros valores.

Lo que me impulsa a seguir es ver el esfuerzo de mi mamá.

Por ella quiero una vida mejor:

una casa, comida de sobra, ropa para todos,

y la tranquilidad que siempre soñó.

Si pudiera darle un mensaje a la sociedad, le diría:

“No nos miren desde arriba.
Dejen de creer en estereotipos fáciles.
Somos la prueba de que con trabajo, humildad y verdad
se puede salir adelante sin pisar a nadie.
Necesitamos más oportunidades, más igualdad real,
y también que nos miren con respeto, no con lástima.
No somos un problema: somos parte de la solución.”

Si algún niño o niña humilde me está leyendo:

“Si tenés a tus padres, valorá lo que hacen por vos.
Ellos se están dejando el alma para verte crecer feliz.
Abrázalos, escuchalos, aprendé de ellos.
Porque su amor es tu mayor tesoro.”
“Y si no tenés a tus padres presentes,
o no te acompañan como deberían,
no permitas que eso te defina.
Seguí adelante por vos, por tu historia, por tu futuro.
Demostrales al mundo que merecés todo lo bueno.
No sos menos por lo que te falta; sos más por lo que luchás.”

Ser humilde es ser grande.

Y yo crecí grande desde chiquita.

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Comentarios (1)

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Claudina

Claudina

• 1 semana, 4 días

Hermoso mensaje.